martes, 2 de noviembre de 2010

3/10 Todo y las gracias, el viaje que nunca termina

Decía Baden Powell, fundador del Movimiento Scout Mundial (los scouts, vaya, o los boy-scouts para que todo el mundo me entienda, aunque ese nombre a los scouts no nos guste mucho) que cuando uno cerraba un campamento y se marchaba de vuelta a casa, sólo debía dejar dos cosas en el terreno donde uno había acampado: nada y las gracias. Con esto, Baden Powell quería explicar la importancia que tenía ser respetuosos con el ambiente, es decir, que nunca debe saberse dónde ha acampado un grupo scout puesto que este ha de molestarse en dejar todo exactamente igual que lo encontró. Sin embargo, y a pesar de la admiración que siento por la sabiduría simple de Baden Powell, estoy en absoluto desacuerdo con él en esto: ¡claro que ha de notarse dónde ha acampado un grupo scout! ¡Para mejor!
No hay que preocuparse tanto por usar el mundo y gastarlo: para eso es. Por eso, me pone un poco enfermo la actitud planetaria de "respetar el medio ambiente". ¿Nos arrepentimos de exisitir? No tiene sentido que intentemos conservar el mundo como si la especie humana no hubiera pasado por él. Quien de verdad ama la Tierra y ha tenido la oportunidad de sobrecogerse con su riqueza y sus paisajes, sentir el miedo de estar frente a un animal o que la emoción de saberse en este planeta le desbordara la capacidad más sublime de sus sentidos, entiende perfectamente que él está aquí por alguna razón: para engrandecer el milagro.
Todos conocemos la parábola de los talentos que un padre dejó a sus hijos y cómo el padre vino a cabrearse, con razón, con el hijo que los escondió bajo tierra para que no mermaran: cualquiera le diría hoy en día a ese hijo que, simplemente, con el incremento del coste de la vida, el coste de oportunidad, etc., etc., esos talentos irían disminuyendo por el mero hecho de no crecer. Eso es exactamente lo que pasa con el planeta: no intentemos dejarlo tal y como estaba antes de que el primer humo, consecuencia de la magnífica evolución del hombre, apareciera sobre la Tierra. Mejorémoslo. Creemos belleza con farolas de luz tenue en las calles, poesías sobre el ruido de los motores y la furia titánica del hombre sublimado en fábrica...y usemos todo eso para admirarnos aun más por la belleza de lo que nos rodea. Salgamos al monte de verdad y entendamos que no tiene sentido intentar separar los envases por colorines, entendamos que es una tontería establecer un proceso tan abierto al fallo y sepamos que es nuestra obligación seguir creando cosas útiles y maravillosas para el hombre y que no joder nuestra casa no consiste en que yo sepa si algo tiene aluminio o acero galvanizado para poder tirarlo al cubo de la basura adecuado sino en mejorar los procesos para que las máquinas hagan eso por sí solas.
Pienso en todo esto antes de marcharme por la alegría que me da el saber qué es lo que puedo aportarle yo a la humanidad. Ha sido un profundo viaje hacia mí mismo, pero tengo la suerte de saberlo y la obligación de hacerlo: "saber, de verdad, como el que sabe que mañana amanecerá, que todo, absolutamente todo, es posible". Ese es mi fin último y por eso puedo sentirme satisfecho de tenerlo presente en cada paso que doy, en cada cosa que hago: Cuando siembro cuentos e ideas perdidos en trucos de magia para niños que prestan atención a los colores, cuando sorprendo haciendo un viaje mágico para alguien que está en su casa labrando la tiera como todos los días, cuando compro el pan y cada vez que lo demuestre logrando objetivos empresariales o personales concretos.
Y me siento feliz de contaminar. De contaminar mi casa haciendo obras en ella para dejarla más bonita. Me siento inmensamente feliz de este viaje. El viaje y la gente me han dado muchas más sensaciones y sabiduría de las que, con toda sinceridad, podía imaginar. Pero sólo hay una manera de conseguir esto: queriendo entregarle tú tu tú a los demás.
Y no deja de sorprenderme cómo sólo al entregar recibes tanto y tan feliz. Cómo al querer tú dejar tu casa más bonita, tu casa y todos los que pasan por ella te entregan la felicidad que tus colores les causan, maravillados.
Me voy. Feliz.
Sé que dejo muchas semillas, para nada, para todo, para que estén ahí para que un día alguien las recoja y fructifiquen inesperadas y dispares, como las flores. Para que cuando alguien necesite saber que todo es posible, quizás sepa que sabe, aun sin saber que lo sabe o por qué lo sabe, que todo sale.
Gracias.

Gracias a mucha, mucha gente: a la gente del taller Vius Yamaha que arregló un pinchazo en mi moto justo el día antes de empezar este viaje, sin tener repuesto ni nadie que se lo suministrara....magia. Gracias a Luis, de Torrecilla en Cameros, por allanarme el camino en todo mi viaje. Gracias a la Hospedería Sagasta, por acogerme en casa. Gracias a Rochester, de La Varita Mágica, por darme apoyo y de su pan para que pueda hacer un poco más de magia. Gracias, muchísimas gracias a todos vosotros, que me habéis leído y animado, que me habéis ayudado a crear ilusión. A ti que me has sabido entender por dentro y te has maravillado con mi asombro. Porque la magia no es lo que yo hago, sino tu respuesta. Muchas gracias a toda la gente de los foros de magia, que han recibido con tanta alegría a su colega: gracias a la gente de "La Dama Inquieta", "Magia potagia", "Portal Mundo Magia", "Juegos Ilusionistas" y "talkmagic". Todos, sin excepción, han puesto a mi disposición todas las herramientas que tenían a su alcance para ayudarme a difundir la noticia. En todos he recibido ánimo y cariño. Gracias, de veras. Gracias a Kiko, a José Julián, a Emma, a Ana, a Cristina, a la pareja de la Guardia Civil, al coche de la Guardia Civil que me ayudó a llegar sano y salvo a casa (ahora os cuento), a Sergio, a Rubén, a Lis, a Chema, a Emilio, a los camareros, a los dueños, al panadero-kiosquero, a los vendedores de quesos, a los de la venta, a los guardianes de ermitas y castillos, a los paseantes y artesanos, a los soñadores que compartieron conmigo sus ilusiones, a los que bebieron conmigo, a los que me dieron de comer, a quienes me regalaron, espectantes, su tiempo, a los guardas amantes de su tierra, a los que coincidieron en su viaje conmigo, a todos los que recibieron con alegría mi magia y mi cariño que fueron, ABSOLUTAMENTE, y es un mágico milagro poder decir esto sin margen de error, ABSOLUTAMENTE, todos.

Gracias.

Antes de emprender el camino de vuelta, me despido de la Hospedería Sagasta, firmo en el libro de visitas y dejo una pequeña marca de mi paso por allí. Rosi elige una carta, la toca, la firma, y me graba:

Antes de irme del todo, paro a comer en la Venta de Piqueras para resolver la predicción que había dejado hecha el día de mi llegada. Rafa le pide a su madre el papelito con mis dos predicciones. Hacemos dos montones de cartas con una baraja francesa y les pido, a madre e hijo, que le den la vuelta a tantas cartas como quieran de sus respectivos montones, que se las intercambien, que las mezclen bien, que repitan el proceso...pero inevitablemente, siempre, siempre que vayáis a la Venta de Piqueras y os atiendan Rafa y su madre, podréis saber y por tanto dejarlo escrito con una semana de antelación, pidiendo que sean ellos mismos quienes custodien el papel, que dejarán, en total, 25 cartas cara arriba, 25 como el día de Santiago....de las cuales, 13, como las villas que forman la hermandad cuya sede ellos custodian, serán, inevitablemente, rojas. Buen final :-)

Torrecilla en Camino
Como durante todo el viaje he tenido un tiempo estupendo, es mejor que cambie un poco para darle algo de emoción al último día, así que se pone a llover...y a soplar el viento con todas sus fuerzas...No paso de los 40 por hora así que entre lluvia, viento y mi miedo por las intentonas de pisar el suelo, tardo aproximadamente 4 horas en hacer los 150 kilómetros que me separan de Medinaceli. Me acuerdo entonces de que, de nuevo Colombo, le decía en un episodio al detener al asesino que era un cantante de country rehabilitado que, "un hombre que canta no puede perder la esperanza" así que me pongo a cantar y el tiempo mejora un poco.
Sin embargo, al coger la A-2 sigo sin atreverme a superar los 60 km./hora con mi YBR-125 cargada hasta los topes porque tengo la sensación de que el viento me va a tirar aun estando parado. Providencialmente aparece detrás de mí un coche de la Guardia Civil al que hago señas y que me escolta hasta una salida segura. Me dicen que no hay carretera secundaria alternativa para poder llegar a Madrid así que me guian hasta un hostal de carretera donde refugiarme. Es un gran placer sentirse abrazado en momentos de inquietud y la disposición de servicio de esos guardias civiles me emociona un poco pero estoy seguro de que, aun mejor que mi sensación de alivio, es su sensación de el servicio prestado.
Así completo los 1.600 km. en 7 días, los últimos 125 en grua. Pero está claro que cuando un viaje empieza, nunca termina. En la tumba de Baden-Powell hay una señal de rastreo: la señal de "fin de pista". Para cuando me muera, seré feliz de haberme ganado que en la mía graben exactamente la contraria: "comienzo de pista".

Nos vemos de nuevo, como tarde, en primavera. A todos, mientras tanto, Buena Caza.

miércoles, 20 de octubre de 2010

2/10 Sábado Gigante :-)

¡1.000 visitas! ¡Hoy hemos alcanzado las 1.000 visitas! Muchas gracias a todos, de verdad. No imagináis la alegría que me habéis dado siguiéndome día tras día y haciendo comentarios tan llenos de cariño y de nuestro producto, la ilusión, en los foros. Gracias a todos los amigos que me habéis seguido desde el primer día, a todos los que os habéis querido ver retratados en mis aventuras, a quienes me habéis ayudado a difundir mi pasión...a todos, aunque el día de los agradecimientos es mañana, pero creo que es de justicia que tenga algún detalle con vosotros así que hoy os voy a hacer un pequeño juego de magia mientras me leéis ;-)

Por cierto, ayer me llamó Lidia de PopularTV para decirme que la entrevista que me hicieron se emitió la semana pasada en los informativos de La Rioja...lo siento, me hubiera gustado compartirla con vosotros pero la pobre estuvo malita y no pudo avisarme a tiempo. Si alguno de los riojanos la vistéis me gustaría recibir vuestra opinión.

El día de hoy lo recordaré por mucho tiempo. Por muchos motivos. Uno de ellos es que es el día en que supe que de verdad era mago...pero vayamos por orden ;-)

Salgo hacia Lumbreras, el pueblo más alto de La Rioja para visitar la ermita de La Virgen de la Torre, y es que en mi familia tenemos de todo (valga decir que el nombre que me puso el cura fue José María de la Torre Maroto). Toda la gente de mi familia que conozco es gente especial por algo. Y muchos de los que no tuve la suerte de conocer, también. Cada uno se dedica a una cosa, pero todos tienen un carácter especial, una forma especial de entender la vida, algo que les hace ser capaces de afrontarla con más cariño de lo normal en alguna faceta. A todos se nos olvida eso a veces, pero en mi familia todos destacan en ello en algún momento de su quehacer cotidiano. Aunque no sea algo que se diga normalmente, a todos ellos los tengo especialmente presentes en algún momento en el que pienso cómo sacar lo mejor de cada situación. Me pongo como tarea pendiente escribirles a cada uno de ellos para darles las gracias por lo que he podido aprender de su forma de ser.
De todos ellos, los más especiales son mis padres: puede que ya ellos mismos no se acuerden bien, pero si hay dos personas en el mundo capaces de conseguir cualquier cosa, aun en contra de todas las esperanzas de la Tierra, son mis padres. Exactamente los dos juntos.

Arriba, sentado en una pradera verde junto a la ermita de la Virgen de la Torre desde la que se contempla cómo todo el Camero Viejo acaba en el horizonte, tengo ocasión de recordar esto.

En Lumbreras hay también una fuente que es un bloque de piedra del que parece que mana el agua como por milagro. Y es que sólo un pequeño agujerito en la roca que hay que buscar durante un rato deja fluir el agua de forma continua y sin chorro.

Ermita de la Virgen de la Torre y "piedra que mana agua" en Lumbreras

Mi padre fue un gran rotario, aunque para todo en la vida hay etapas. Y como se conoce que el viaje ha visto la ilusión que me hizo descubrir la placa de Rotary en Viguera el jueves, me pone en el camino una "fuente rotaria" en el antiguo puerto de Piqueras. Subo a verla y en ella me encuentro a dos guardias civiles. Les pregunto si conocen algo acerca de la historia de la fuente. No mucho, pero hablando con uno de ellos, este me cuenta que es un gran aficcionado a la magia. ¡Esta es la mía!...Esta es una idea que me dio mucha risa cuando se me ocurrió así de repente un día por la calle. La magia ha invadido mi cerebro de forma que habitualmente voy pensando, además de en trucos que me sugiere cualquier cosa, en situaciones insospechadas o en roturas de patrón que podría hacer ocurrir sólo con un gesto...y normalmente no puedo aguantar la carcajada mientras voy andando yo solo por la calle...
Total, para que me entendáis, y con la promesa del amable guardia civil de no enfadarse, le digo que le puedo hacer algo si se compromete a no sacudirme un sopapo. Vale. ¿Ves mi moto? Si estuviera mal estacionada ¿qué me dirías?...Pues que la movieras, es posible que tuviera que ponerte una multa...Ya, pero lo primero que me pedirías ¿qué sería?...La documentación...Pues, verás, es que está...en tu oreja ;-) Y le saco de allí mi D.N.I. Su compañero se tira por los suelos de la risa. Qué bonito es lo bonito :-) Me desean mucha suerte y nos vamos los tres. Yo hacia la "Sexta Fiesta de la Trashumancia".
Fuente rotaria, en la subida al Puerto de Piqueras

Esta fiesta se desarrolla, por sexto año consecutivo y tal y como ya os conté, en el alto de la Ermita de la Virgen de la Luzm junto a la Venta de Piqueras, organizada con ilusión y cariño por los agentes del Parque Natural de Sierra de Cebollera.

Y es, una fiesta: la gente come y baila, se venden artesanías y quesos y se dan de comer migas y caldereta y vino para beber. Vino de la Rioja. Cuando llego, hay un grupo de gente cantando canciones típicas de pastores.


Entro un momento a la Ermita para tener un pequeño instante de reflexión junto a una talla preciosa de un Cristo crucificado...y a comer. El día me desvela la primera de muchas grandes sorpresas...¡soy famoso! :-) La mayor parte de la gente que anda por ahí en la fiesta sabe quién soy, todo el mundo me saluda y los más hacen algún chiste ¡esto es la caña! :-) Es una enorme alegría que la gente se acerque a hablar contigo para abrirse a tu alegría. Un pequeño milagro que se consigue sólo con hacer un par de juegos y un viaje raro. Me siento a comer mi caldereta con unas cuantas parejas de Torrecilla que están vendiendo quesos y que me vieron actuar el día anterior y en algún sitio más por ahí... Qué felicidad. Bueno, habrá que hacer algo en consonancia con la ocasión. Así, de repente, se me ocurre esto :-)

Me marcho a la hospedería para coger los bártulos y de allí a Villoslada, donde actúo a las 20:30. Dejo las cosas en el Casino y vuelvo a subir a la Ermita de Lomos de Orio. No consigo ver al santero de quien me entero que está viajando por el Sáhara, pero, tal y como se me ocurrió el otro día y le prometí ayer al párroco de Torrecilla, sí que dejo escrita una pequeña leyenda en el libro de visitas a la Virgen. Lo que pongo es algo así como lo siguiente (este es el juego que os tenía reservado, así que podéis hacerlo en casa mientras lo leéis):

"Tú que has llegado hasta aqui, exactamente a este lugar que sólo puede estar en este lugar, puedes gozar del mismo y de todo aquello que el lugar te diga. Y si lo deseas, puedes coger tantas monedas como quieras de las que llevas en el bolsillo. Te diré algo: yo tengo exactamente las mismas que tú en mi mano. Bueno, en realidad tengo las mimas que tú, más 2 más y aun después de eso me sobran las necesarias para hacer que, con las que a mí me sobran, más las que tú tienes en tu mano desde el principio, sumemos 5...Yo tengo...7 monedas...
Compruébalo...y ahora, puedes ayudar a que esto siga estando aquí para otros igual que estaba aquí esperando a que tú llegaras y echar tus monedas...al cepillo ;-)"

Bajo corriendo al casino donde me esperan el director del mismo, el alcalde de Villoslada y Emma, la concejala de actividades culturales que se deja además estrangular por mí y por un chaval delante de todo el pueblo:-) Os pongo un par de vídeos en los que no se entiende nada pero se entiende todo...Es decir, se entiende al público y su disfrute, o sea, la magia :-)



Cuando acabo, Emma, en nombre del Ayuntamiento de Villoslada me regala un par de libros preciosos sobre la Sierra Cebollera y el pueblo con unas fotos que casi casi sí que transmiten lo que es estar allí. De verdad, creo que voy a montar una agencia de viajes mágicos para que todo el mundo pueda tener la oportunidad de vivir cosas así :-)
Con Emma, concejal de Cultura y con Amaia y unos amigos de Jesús

Según acabo, unos amigos de Jesús, el agente forestal del parque Sierra Cebollera se me acercan para tomar unas cañas...Algo bonito de la magia es que para asombrar verdaderamente a los demás, tienes que entrar en un estado en el que te asombres tienes que entrar en un estado en el que te asombres tú mismo y para eso hace falta poner todo lo que eres en juego...como consecuencia, es inevitable entablar amistad muy rápido ¡si es que ya te conocen más de lo que se suele conocer a alguien en mogollón de tiempo! Y ellos pueden saber que tú también has llegado dentro de ellos...

Pues de ahí vamos al bar "El Merendero" en El Rasillo para cenar un poco con Cristina, la camarera-cocinera-apagafuegos que me ha hecho una cena exquisita con muchísimo cariño y me está esperando. La gente se arremolina y se produce la magia...hasta las 4:30 de la madrugada sin parar...unas historias suceden a otras y los juegos las ilustran...los que se me ocurren a mí, los que la gente me propone como algo que les parecería imposible ver...Y es la gente la que viste los juegos de ilusión. Allí están Kiko, del bar La Garlopa, cansado pero con el hermano sano, Chema, de la partida de mus, los camareros...y el pueblo entero. Y es esa noche, exactamente esa noche cuando por fin, después de un año y pico y muchos proyectos sé exactamente que soy mago. Creo que es la prueba de fuego que todo mago debería disfrutar: conducir una sesión de magia improvisada sacando ases de todas las mangas y risas de todas las ganas de reir. Logramos cosas imposibles sacando con técnicas hipnóticas recursos de la gente que ellos mismos no sabían que tuvieran, pegamos cartas por todo el local, hacemos, dándole la misma importancia a ambas acciones, crecer y meguar el dinero, Emilio me da su teléfono y me ofrece su casa para ir a pasar las fiestas de un barrio de Logroño durante el Puente del Pilar (y palabra que si no he ido ha sido por falta de ocasión)... es un clímax final creciendo permanentemente.

También hay gente que bebe mucho. La gente, cuando nos emborrachamos, vivimos con gran intensidad las cosas: creo que esa es la verdadera razón de por qué la gente se emborracha. Todos somos adictos a las emociones fuertes...y es una gran suerte poder profundizar en ti mismo para poder vivir con más intensidad cada día, en todos los instantes y vivir una vida intensa hasta el fin...y por eso es bueno saber que cuando alguien está borracho solamente está necesitando sentir más, así que nunca, nunca, hay que tomarse a mal lo que te diga alguien que ha bebido...¡recuerda que tú también bebes de vez en cuando!
Últimamente estoy viendo todos los capítulos que puedo encontrar en internet de "Colombo" el detective de la gabardina y los puros quien urde verdaderos trucos de magia en las trampas que tiende a los sospechosos para conseguir que ellos mismos sean quienes prueben su culpabilidad. De verdad que creo que es un visionado obligado para todo mago. Pero por lo que me viene esto a la mente es porque me gusta mucho cómo trata a los asesinos cuando les coge: no les juzga, sólo les detiene. De hecho, empatiza con ellos y entiende bien por qué un hombre puede llegar a matar a otro hombre...y los asesinos creo que en el fondo, aunque no se lo digan al guionista, no tienen más remedio que tenerle cariño y, un poco después de que se les pase el sofoco de la detención, sentirse aliviados y agradecidos de que les ayudaran a poner punto y aparte sobre ese error de su vida. Y es una suerte poder ir adquiriendo en breves momentos de lucidez la sabiduría de Colombo para hacerse sentir bien a la gente que, en realidad, es exactamente lo que necesita.

Lo que más le gusta a la gente, con diferencia, es aprender a cambiar la fecha de una moneda...Estoy seguro de que todos los que compartimos el secreto ese día, habremos difundido la técnica ampliamente.

Satisfecho y con la ilusión llena, doy las gracias y me voy por la carretera
Con Chema y Cristina en el bar "El Merendero" de El Rasillo

viernes, 8 de octubre de 2010

1/10 Nunca falla el público

Gustavo, de "La Dama Inquieta" me escribe el siguiente comentario al día de ayer. Mis respuestas van en rojo.

Chema el argentino te van a llamar. Me cuesta entender a qué se refiere, pero cuando estoy a punto de decirle "y a ti Gustavo de Mozambique" lo pillo :-S Por cierto, un saludo a los amigos argentinos que nos leen :-)Cuenta un poco mas de la logística ¿que llevas lo que cabe en una YBR 125 con todo apiñado, como manejas los gastos, con cuidado te invitan, pagas por dormir en las hospederías,llevas una tienda de campaña, La gente pugna por invitarme por más que insisto en que quiero que me recuerden como el mago que un día pasó y les dejó un recuerdo especial, no como el mago gorrón, pero vaya, intento pagarlo todo. En la hospedería Sagasta, que es donde duermo todos los días no me invitan, pero casi. Me hacen un precio de risa. La verdad es que son unos soles. que tal va la moto, llevas repuestos por si acaso? eso es de nenas, pero es verdad que de casi todo llevo dos: ruedas, manos... Ya tienes tema Txema con gusto Gustavo
Gustavo Otero Damero inquieto Gracias, Gustavo ;-)

Ale, pues nos vamos. Bueno, antes de irnos os voy a enseñar un poco de Torrecilla en Cameros, que es donde voy a actuar esta noche.

Hospedería Sagasta

A Torrecilla en Cameros se puede acceder por una entrada buena desde la nacional 111 y por otra que discurre entre un desfiladero de piedra. Tiene muchas cosas: ruinas, iglesias, calles, coches, lo propio de un pueblo, vamos...y la Hospedería Sagasta :-)

Sagasta fue un señor masón (hay algún que otro escudo que se hace el enigmático por el pueblo), ingeniero y unas cuantas cosas más que vino a nacer en Torrecilla y a presidir España. La hospedería que lleva su nombre tiene bonitas habitaciones confortables, limpias y, algunas de ellas, como la mía, con una gran terraza de cara al monte. Pero, sobre todo, está llena de cosas curiosas: tiene los troqueles y un ejemplar de la primera baraja de cartas que se fabricó en Torrecilla en el siglo XVIII, dos casas de muñecas...y si pides que te den su tarjeta, te harán un juego de magia cuyo efecto espero haber contribuído a amplificar...así que no podía haber un sitio más indicado para quedarse.

En Torrecilla también tienen dos puentes medievales, una bonita fuente hecha de un bloque de piedra, una fábrica embotelladora del agua del manantial de Peñaclara y una ermita románica, la de San Pedro, metida en un pequeño valle a unos 4 km. del pueblo y junto a la que en los meses de verano se puede tener la suerte de ver a algún grupo scout acampado. Alguno como, por ejemplo, el Grupo Scout Alcores 404 (mi grupo, que estuvo allí en julio y por el que yo vine a tener noticia de esta zona :-) )

Pero, sin duda alguna, lo mejor que hay en Torrecilla en Cameros y que justifica un viaje por sí solo, por más que nadie lo sepa, es la "Carretera del Fin del Mundo". Retomando lo que hablábamos ayer, a todos nos intriga saber a dónde nos conducirá un camino...pero cuando este llega a algún sitio, se difumina por entre el pueblo o el lugar al que arriba...no se puede señalar un punto y decir "aquí acaba". Sin embargo, si uno sigue la calle del Serradero en Torrecilla en Cameros hacia arriba, pronto se encontrará en una carretera asfaltada y señalizada (la LR-semehaolvidadoelnúmero) que, durante unos 5 kilómetros, más o menos, discurre como si fuera a llevarnos a Nestares hasta que, de repente, hace un redondel y termina al borde de un barranco. Así, sin más. Que sí, que sí, chimpún.
"Carretera del Fin del Mundo"

Para corroborar que es la carretera del fin del mundo tiene además dos jalones que la adornan: uno es un portal de roca en el que se abre una cueva por la que se entra a donde comienzan todos los cuentos y otro es un banco en mitad del campo, para poder mirar el valle.                                                                             
Portal de entrada a los cuentos y banco para ver el monte

Voy a Villanueva de Cameros, por la que ya he pasado varias veces, pero quiero parar a ver si encuentro por fin abierta la tienda de almazuelas (prendas hechas a base de unir recortes de muchas telas, típicas de la zona)...no hay suerte. Bajo a ver la Ermita de Nuestra Señora de Los Nogales que, como debe ser y para no desilusionar a nadie, está rodeada de nogales. Me hace mucha ilusión coger un par de nueces y comérmelas. Me llevo otro par para plantarlas en casa.
Ermita de Nuestra Señora de Los Nogales, por delante y por detrás

Villanueva de Cameros tiene una aldea arriba de la sierra, como el que tiene un chalé. Aldeanueva de Cameros es, tal y como puse para la noticia en el diario "El Correo" exactamente el pueblo que uno imagina cuando se pone a pintar un pueblo en un papel. Su riachuelo con su puentecito y sus casas de piedra perfectamente dispuestas para dejar un farol en primer plano.

Aldeanueva de Cameros

El alcalde y Félix me preguntan si he venido a fotografiar el pueblo. Ay, pobres: aparte de lo de la piedra (ver la noticia publicada en el post de ayer), les predigo el número premiado con el gordo de la lotería de Navidad...no os cuento más para no quitaros la sorpresa a los que tengáis oportunidad de verme hacer este bonito juego original del genial pensador de magia Dani Daortiz (solo que yo lo hago para un número con un cero entre sus cifras :-) )

Vuelvo a subir por Almarza para pasar de nuevo al Camero Viejo a la altura de Laguna de Cameros. De allí voy subiendo por un hayedo largo, largo...que ya empieza a amarillear. Me sorprende que no haya ningún pueblo más arriba de Laguna en el Camero Viejo... ¡Ala! Imagináos qué chulo sería fundar un pueblo...un pueblo pequeño dentro de un hayedo pero con algunas cosas fundamentales: una escuela de magia, una tienda de magia, una tienda de caramelos de todos los colores, una casa redonda en la que hacer grandes hogueras en el centro, un almacén de remedios y perfumes de todas las hierbas del monte, una biblioteca con alfombras en la que se pueda fumar en pipa y a la entrada tenga tabacos y batines de seda de todas las clases...Me voy a apuntar la idea pero vamos, si alguien se me adelanta, tiene todo el permiso del mundo para ponerla en práctica, con tal de que me invite. Ah, y billar y futbolín, que no se le olvide.

Bajo otra vez por el Camero Nuevo con el tiempo justo para volver a comer al club náutico de El Rasillo.

Oye, de verdad que no voy a comisión, pero es que es una gozada venir a comer aquí: de primero patatas a la riojana, también con guindillitas verdes como es costumbre con todos los guisos y de segundo una lubina a la ondarreta. No tenía ni idea de cómo era eso, pero viene a ser algo así como de puta madre. Lleva una salsita ligera por encima y me la sirven acompañada de unas patatas con cebolla confitada pero crujiente. De postre una cuajada casera con miel de la zona...Como había dejado intrigado a José Luis, el dueño, con mis andares por la zona, le pido un sobrecito de azúcar y que eche un poco de agua en un vaso y le pregunto si el embalse en invierno sirve para practicar patinaje (os pongo a continuación cómo queda el efecto de cerca para que lo veáis bien):



Bueno y me voy. Me bajo corriendo a Logroño donde he quedado con Lidia de Popular TV para grabar una entrevista :-) Grabamos fuera un par de juegos y me mandan después a un cámara para que suba a grabar la actuación en Torrecilla. Aun no sé cuándo lo van a sacar, pero con un poquito de suerte...bueno, ya os lo contaré a su debido momento.

En Torrecilla, "El Matadero", sala de exposiciones donde actúo, está lleno a rebosar. En lo que vamos esperando a que la gente se acomode, transformo un billete de 5 € en uno de 20...oye, y el que te deja uno de 5 con toda su buena voluntad tiene derecho a quedarse luego el de 20. Aparte de que eso multiplica por 10 el efecto. Hago unos cuantos juegos más para los chavales...el hacer magia de cerca potente antes de los espectáculos es un arma fantástica para mí. Cuando empiezas tu actuación, ya eres alguien que ha sido capaz de hacer un par de inexplicables proezas, así que puedes permitirte el lujo de ir de menos a más transmitiendo que, exactamente eso, es lo que estás haciendo a tu público que ya lo sabe entender porque te ha visto obrar un par de imposibles casi como que no quiere la cosa.

Visto a Sergio, el alcalde, con mi teletransmisor de última generación...hago que la gente cante, que se estrangulen...Los aplausos están guay, pero aun mejor están los inesperados "aláaa"...siempre llevo al menos uno en el repertorio: yo les llamo "red-bull" (porque te dan "aláaaas") a esos juegos que crean algún tipo de sorpresa repentina y colorida cuando parece que vas a fallar y la gente está con la guardia baja pero deseando que el juego acabe bien. Si has logrado entender que tú estás ahí para servir al público y no al revés, entonces se produce siempre un pequeño milagro y es que la gente quiere que todo salga bien. Pueden llegar incluso a mentir si finges que estás fallanado al tratar de adivinar una carta, comulgando con que en realidad ellos escogieron la que tú has dicho. Si dejas pequeños espacios de suspense, la gente empuja para completarlos...es como si desearan con todas sus fuerzas poner todo de su parte para que el milagro salga, poder sentirse maravillados y aplaudir.

Me gusta, siempre que puedo, que la gente haga magia: repartimos cartas para que la gente corte, mezcle, en sus manos...cada uno como quiera...y aun así, se produzca una mágica separación de las cartas por palos (agua y aceite, pero con las cartas mezcladas y colocadas por los espectadores, para los magos que me leáis) en sus propias manos...Y así vamos creciendo, creciendo...todos juntos. Cada uno es como es y por eso cada espectáculo es único. Hay que hacer que el público sea el espectáculo. A todos nos gusta vernos en las fotos. Y todas las fotos pueden hacerse bonitas. Los niños, los espectadores jodones, los listillos, los vergonzosos, los protagonistas, los entregados, los que tienen a un primo mago y se solidarizan contigo...Todos, absolutamente todos, son un gran público, pero cada uno necesita una cosa distinta para disfrutar del espectáculo. Y esa es la obligación del mago: entregarle a cada uno lo necesario para que viva una experiencia mágica que recuerde con cariño. Y el que menos creía que iba a ser así es siempre luego al que más hondo le llega la magia porque le llega aun a pesar de que el estaba descreído...eso debe de ser magia de verdad, sí. Decía Baden-Powell que la felicidad culmina en el servicio a los demás: para eso, es importante saber que "nunca falla el público".

Antes de cambiarme y lavarme paso por el bar y con la sonrisa cómplice de la nieta de Luis, les transformo a unos parroquianos un bitter Kas...en cerveza :-) El vídeo en realidad es del sábado que lo repito, pero vaya


Subo a Villanueva a que me den algo de cenar: aunque es tarde, en el salón hay una cena de mujeres que comparten conmigo unos pimientos rellenos de gambas y espinacas, unas croquetas y de postre unos bartolillos calientes rellenos de crema que son, verdaderamente, un dulce.

martes, 5 de octubre de 2010

30/09 Tesoros escondidos

En Torrecilla en Cameros, Sergio, el alcalde, gracias a la mediación de Luis (del que ya todos me habéis oído hablar varias veces) ha dispuesto que actúe el viernes, o sea, mañana, en el nuevo museo que acaban de inaugurar y han empapelado el pueblo de carteles con mi nombre.

Es curioso toda la información que se puede recabar sólo con sentarse a escuchar. Eso lo saben bien los que están detrás de una barra. Mientras estoy desayunando entra en el bar "La Terraza" la chica del ayuntamiento que pega el cartel de mi actuación y la gente empieza a comentar: Creo que el otro día en el Rasillo les dejó a todos con la boca abierta, vamos, que no se lo creían...Exageran las proezas que hice. Es lo bueno de la magia, que luego crece. Porque lo importante no es hacer juegos, sino crear emociones. Sheila dice: igual ha pasado por aquí y no le hemos visto...Me encanta. Si tenéis ocasión, haced un viaje como este y vivid exactamente este momento :-) Claro, no me aguanto y me levanto con un boli, y cambio la "ch" que me han puesto en el cartel por "tx" sin decir una palabra. Creando expectación :-) Le hago unos juegos a la parroquia que los recibe con entusiasmo y me voy, ay, la verdad es que muy contento :-)

En Torrecilla en Cameros empieza a acabarse el monte. Si uno viene desde Logroño entonces le invade la alegría al enfilar la última recta que conduce hasta el pueblo y ver la hremosa postal que conmpone la silueta de la torre puntiaguda de la iglesia recortarse sobre los montes amplios y verdes...Pero si uno va hacia Logroño, comprende enseguida que el monte empieza a acabarse justo en Torrecilla. Y es que a partir del manantial de Peñaclara los montes se derrumban como lo hace la arena de la playa cuando uno pega un brinco sobre una duna: queda un barranco por el que la arena se va arrastrando hasta que el barranco comienza a autodesplomarse sobre sí mismo. Enseguida váis a ver fotos de lo que quiero decir.

Llego rápido a Castañares de las Cuevas, pedanía que pertenece a Viguera y en la que hay varios tesoros escondidos por entre las cuevas. Es fácil adivinar qué dos cosas abundan en este pueblo y de lo segundo aun más que de lo primero. Lo primero que voy a ver es la ermita de San Esteban. Sólo un pequeño cartel descolorido indica un sendero a un lado de la carretera, entre dos casas, y hay que ir muy despacio para no pasárselo. Aparco la moto y empiezo a subir el sendero que enseguida empieza a desaparecer a trocitos mientras escala una pared empinada sobre la que unas rocas amenazan con caerle encima al que las mire de frente.

Subida a la ermita de San Esteban

Pero el difícil acceso no es por casualidad: es para custodiar el milagro. No creo que pueda existir ermita más bonita en el mundo (al menos por hoy) que la de San Esteban en Castañares de las Cuevas. Es la ermita de unos cristianos románicos que vivían en un reino que se enriscaba para refugiarse en las oquedades de los montes. Es fácil imaginarse cómo sería vivir aislado allí arriba, sintiendo la protección de la cueva y de esos montes frente al mundo exterior. Hay a quien al verla podría recordarle a la casa de Luke Skywalker en el desierto o al planeta de los simios. Hay quien podría decir que parece construida por niños...y es que nuestros abuelos del primer medievo no eran sino niños llenos de la fantasía a la que les obligaba el refugio de sus altos montes, creando reinos e imperios, rancios abolengos que clavaran sus raíces en el origen de las piedras, dragones, árabes, monjes, guerreros y caminos hacia el oeste.
  
Ermita de San Esteban, entre las cuevas

Vale la pena pasar un rato solo allá arriba y meterse por entre las cuevas que alguna vez fueron pobladas de cuentos. Desde allí hay una bonita vista de cerros cayendo hacia el rio y barrancos perdiéndose en sí mismos. Cojo mi péndulo para ayudarme a centrar la fecha que el lugar me dicta y, en la desvencijada puerta de la ermita escribo: "Algo mágico ocurrirá en este lugar el 15-04-2.011".

Me asomo por uno de los ventanucos para intentar ver alguno de los frescos del interior...Pueden verse aquí: http://adigital.pntic.mec.es/~viguera/ermita.htm o allí, claro.

El caso es que al bajar el camino me encuentro con la señora Carmen, aunque prefiere que la llamen Paula, como su madre, que me dice que por qué no le he pedido las llaves de la ermita. Bien, Txemita, bien. Resulta que justo al otro lado de la carretera está la "Venta la Paula" con una placa bien grande que indica que dentro vive la guardiana de las llaves de la ermita...En fin, lo bueno, le digo a Carmen-Paula, es que así no tendré más remedio que volver...Le pregunto por qué lleva un imperdible en su rebeca...me cuentan, entre ella y su hijo, que imperdible y rebeca eran de "Paula" y que por eso les tiene tanto cariño a ambos y los lleva siempre encima. Le pido que me deje ver bien el imperdible. Accede desabrochándolo con mimo. Yo le cuento que, cuando voy al monte, siempre llevo uno en el macuto por pura lógica: si el imperdible es imperdible y yo voy con él, no puedo perderme. Cojo uno de los míos y lo engancho con el suyo, con el imperdible que era de su madre, de Paula, y le cuento que es mágico: le dejo examinar bien los dos imperdibles enganchados, contamos tres y...chas, se traspasan sin abrirse ni romperse...como unos aros chinos pero en imperdible...lo cual, además de provocar una pequeña imposibilidad topológica, provoca también que a Carmen-Paula se le escape un "ay, joderse" desde dentro.




Les pregunto por el castillo que he leído que vive escondido entre las rocas al fondo de un barranco. Me cuentan que ese castillo está dentro de un monte que es propiedad privada...pero rápidamente llaman a Joaquín, el dueño de los terrenos y me recomiendan para que me abra la puerta de su casa. Carmen-Paula me regala dos nectarinas recién cogidas de su huerto por su marido y ventera e hijo me desean mucha suerte en mi camino con mucho entusiasmo y me piden que cuando sea famoso vuelva a actuar por allí: qué fácil es alegrar a alguien como a mí me alegran Carmen y su hijo...Es por eso que cuando, Rodolfo, de "El Correo" me pide una foto para la reseña de la noticia en su diario no dudo en enviarle la que me hice con Carmen.

Hoy martes 5 de octubre, que es cuando estoy escribiendo sobre el jueves pasado es cuando me entero de que ayer se publicó la noticia en "El Correo". En papel impreso, si no vivís por País Vasco, Navarra, La Rioja o Miranda de Ebro os va a ser un poco difícil de conseguir, pero aquí está en la edición cibernética:


Bueno, que voy a ver a Joaquín, que me abre la puerta de su finca y me explica cómo llegar hasta lo que queda del castillo que fue, según me dice, en otros tiempos, palacio del obispo de Calahorra. A pesar de que me indica bien, no soy capaz de encontrar la sendilla que sale de un depósito de agua y lleva al castillo y de repente me encuentro envuelto en zarzas...pero como el castillo se ve al fondo pues nada, en línea recta.

Este castillo en ruinas está excavado en la piedra y aprovecha las cuevas que en ella existen. Debió de ser precioso estar dentro de él cuando estaba habitado. Hoy Joaquín aun le da uso como cuadra para dos buenos caballos que tiene y que me saludan por sorpresa al entrar. La verdad es que parece inexplicable que algo así no esté conservado y expuesto al público, por más que Joaquín se lo tenga ofrecido gratis al gobierno de La Rioja pero por otro lado es una suerte que exista como un pequeño misterio escondido, como un regalo para el que lo descubre y llega hasta él.

 
Castillo de las rocas o Cueva de los Moros en Castañares de las Cuevas

Sigo mi camino hacia Viguera mientras contemplo admirado varios cerros de piedra que se yerguen como reyes sobre el paisaje que ya quiere hacerse huerta. Al pasar un túnel excavado en la roca me encuentro...anda...¡¡con una placa de Rotary! Es verdad eso de la activación reticular pero de veras que parece cosa de magia encontrarse aquí una placa...Para que me entendáis he de decir que yo soy Rotaract, rama joven de Rotary International y para el que siga sin entenderme aquí está http://www.rotaryspain.org/ (o si alguno tiene curiosidad verdadera, la página de mi club http://www.rotaractmadridserrano.com/ )

La placa ensalza el reino de Viguera: un reino como tantos otros que han poblado España. Y estando dentro de este valle se entiende cómo España no es sino todos esos reinos, señoríos, fueros e individualidades que a base de erguirse hacia el cielo y sentir la grandeza que hay en los hombres, probablemente ayudados por sus paisajes, no han tenido más remedio que explotar y hacerse grandes, echarse a conquistar las extremaduras y reventar en forma de España. A mí me gusta recordar a menudo cómo los vascos no son sino los padres de Castilla frente a León. Por eso, aunque de vasco tengo sólo un tatarabuelo de Vitoria, que es como el que tiene un tio en Alcalá, me gusta sentirme castellano y castizo y me gusta firmar como Txema. Pero eso es otro viaje...


 
Reino de Viguera

Paso Viguera y Nalda, donde los montes se abren ya al llano y, de repente, una extensión tan grande como el horizonte se transforma en huerta y viñedos. Todo lo que se ve es La Rioja, delimitada solo por los montes de Álava que se ven claros y cerquita, muy cerquita.

Las uvas, tintas en su mayoría, están aun en las vides cargadas a rebosar. No puedo por menos de robar un par de granos para probarlas y completar las nectarinas de Carmen-Paula que, la verdad es que, a las 15:30 de la tarde y sin comer me vienen que ni pintadas.

Enfilo hacia Clavijo, la Covadonga de esta parte del mundo y entiendo bien la leyenda al contemplar el cerro alzarse sobre el enorme llano y encima, el castillo con la Cruz de Santiago enarbolada. Y fue un rey de Asturias que el que le concedió a Sancho Ramírez de Tejada el Señorío del Solar de Tejada que obtuvo el privilegio de convertirse en guardián del Camino de Santiago y el único que, por tratarse de la conmemoración de la gloria de los ejércitos españoles, sobrevivió y aun sobrevive aun después de la abolición de todos los señoríos en las cortes de Cádiz. Señorío distinto de el de Cameros, su sede, su centro, su historia son fraguadas en Laguna de Cameros, en el Camero Viejo hacia donde ahora nos dirigimos. No deja de sorprenderme cómo naciones e historias llenas de historias en cada rincón de España hay por lo menos dos o tres. Es imposible no amar esta extraña patria.
Castillo de Clavijo, sobre la batalla

Resulta que en Clavijo no hay nada abierto para comer. Paso Albelda, Alberite y Ribafrecha para llegar a Leza del Rio Leza y pisar así a la desembocadura del valle que el mismo rio ha convertido en el Camero Viejo. Pero en Leza hay dos canteras de yeso que empolvan toda la carretera de blanco y una casa en la que todo está pintado con los colores de La Rioja (ruedas, ventanas, la puerta del garaje con unos pimientos secando encima)...pero tampoco hay bar ni nada donde conseguir un bocadillo.

A las 17:15 llego por fin a Soto en Cameros, un pueblo que no puedo ni mirar del hambre que tengo. Entro en el hogar del jubilado, que es lo único que veo abierto y allí, por fin, Enrique me atiende amablemente y, a pesar de la hora que es, me hace un plato combinado..."¿de qué, por ejemplo?" "Combíname todo lo que tengas, si eres tan amable", le digo.

Ay, qué gusto: dos huevos fritos, tres tajadas de panceta, dos filetes de lomo, 4 ó 5 pimientos rojos con gracia, patatas fritas y dos chorizos. Agua, vino, coca-cola, un helado, un café...esto ya es otra cosa. Palabra que el día gris y frio se abre dejando pasar a un sol amable que se refleja en el jardín junto al Leza del hogar del jubilado.

Le compro tabaco a Enrique para preparar algunos juegos y le cuento lo primero que se me viene a la cabeza...Para grabar el vídeo hacemos algo muy complicado de tal forma que logramos con gran eficacia que no se vea una caca de lo que le hago, pero como vosotros sóis gente de buena fe, os lo creéis igual :-S





El Camero Viejo, sobre el valle del Leza es un misterio que dan ganas de explorar.La garganta que el rio ha ido excavando estrato a estrato sólo deja ver la siguiente curva; y de ahí la siguiente; y la siguiente...A todos nos intriga saber dónde llevará un camino. Yo recuerdo que de pequeño siempre solía imaginarme por los parajes por los que continuarían los caminos que aparecían en los dibujos de las cajas de Lego cuando pasaran esa colina tan verde...y en general es un vicio que tengo el de querer andar todos los caminos que no sé a dónde conducen. Como decía Martín Hache: "siempre hay que seguir, aunque sólo sea por curiosidad". Y es agradable darse cuenta de cómo uno sabe que la curiosidad es una fuerza viva e ilusionante que se puede despertar a placer y que, cuanto más se la trabaja, más mariposas en el estómago le siembra a uno. Y es agradable saber cómo se puede sentir tanta alegría a todas horas, en todos los momentos. Joé, es que es una maravilla esto de vivir y ser consciente de sentir cosas. Por el mismo precio, con vivir las cosas, cualquier cosa, todas las cosas, con intensidad, se vive una vida cien veces más plena y se sienten cosas que le hacen a uno sentir lo increíble, increíble, o sea, que no puede ni creerse, que es estar vivo.

Por una carretera que tiene más curvas que kilómetros voy pasando Jalón de Cameros, Terroba...Me paro para buscar un yacimiento de huellas de dinosaurio que se supone que está detrás del cementerio, pero yo no veo nada. Pregunto a unos albañiles y me dicen que tampoco saben, pero que donde sí que puedo ver muchas es en la carretera de Hornillos de Cameros, junto a una estatua de un dinosaurio muy grande. Qué bien, pues allá vamos.

Se suponía que hoy por la noche iba a actuar en el bar La Garlopa, en El Rasillo, pero me llama el dueño para decirme que el hermano de Kiko ha tenido que ser ingresado en el hospital en Logroño, así que lo vamos a dejar para otro día...El sábado voy a tener que dividir el post en dos, porque me tiré actuando sin pausa desde las 20:30 a las 4:30 del domingo...Es lo malo de escribir desde el futuro, que estoy con el jueves y yo quiero contaros ya el viernes y el sábado...

Me quedo con ganas de ir a Luezas, el pueblo del mago Alcalá, que me escribe en "La dama inquieta", pero están haciendo obras y la carretera se ha transformado en una pista de gravilla impracticable para mi moto.

En los Cameros si algo hay son valles y carreteras. Carreteras pequeñas y pueblos pequeños que hacen que sea una comarca infinita. La carretera que sube a Hornillos es una más de otras tantas carreteras desiertas que remontan montes nuevos y viejos a la vez, que se separan del valle para formar uno nuevo y, así, como que no quiere la cosa, en mitad de la nada, acaban con un dinosaurio que se ha escapado de un parque temático. La sorpresa nunca termina en el viaje.

Piedra llena de huellas de dinosaurio y dinosaurio despistado en la carretera de subida a Hornillos

Este dinosaurio vigila un yacimiento de huellas que hicieron sus parientes. El yacimiento "La Pellejera" es una plancha muy grande de piedra en la ladera de un monte y que está llena de hendiduras pintadas con tiza. Se supone que esas hendiduras son huellas de dinosaurios y que están hasta las de uno "nunca visto" en otra parte que viene a ser tachado de icnopoyético (el que crea huellas) y que andaba con los talones apoyados, cosa rara en los dinosaurios que eran de andares saltarines (también es verdad que por aquel entonces la Tierra estaba más caliente, pero se conoce que como este era riojano andaba con el pie entero y sin boina).

Llama la atención, desde luego, que a raíz de los yacimientos de Enciso, todos los dinosaurios vinieran a poner sus patas por esta parte del Mundo por bonita que sea y por más que fueran todos muy seguidores de mi blog...Será verdad, de todas formas. Pero importa poco que sea mentira. Lo importante es que uno puede tener la sensación, al meter su mano en esas huellas de dinosaurio, que allí estuvo plantado un bicho jurásico cuando la Tierra no era aun ni lo que es y soñar cómo sería todo aquello y sentir la cantidad de cosas que se han podido vivir y sentir en este suelo que uno pisa...Es como la magia: yo siempre digo que los efectos quizás sean mentira, pero las sensaciones...esas son reales.


Una huella "icnopoiética", como puede verse, y el pueblo de Hornillos en lo alto

Bajo de nuevo a la carretera que remonta el Leza y voy pasando por Jalón, Cabezón de Cameros (sí, papá: Cabezón de la Sal, cinco minutos...). Hay retahílas que los padres, por el mero hecho de ser padres, sueltan de forma automática, vengan a cuento o no. Mi padre, cada vez que alguien dice la palabra cabezón, dice, textualmente, venga a cuento (lo cual, bien pensado, no creo que haya pasado nunca) o no: "Cabezón de la Sal, cinco minutos, no para más porque son muy brutos" y se queda tan pancho, como si hubiera dicho una verdad universal. Oye, pero para eso es padre.

Llego por fin a Laguna de Cameros, donde me cuentan que otra vez sí que hubo de verdad allí una laguna. Este pueblo, sede del Solar de Tejada, es un pueblo hidalgo gracias a estar tan escondido en la montaña.
Me llama la atención una fuente que es la escultura de uno que fue alcalde del pueblo y que mana agua de sus manos, como dando de beber de sí al pueblo. El pueblo mezcla la piedra con la madera y el blanco, los escudos y los geranios como buen pueblo de cuna de abolengos que es.

Laguna de Cameros

En el Camero Viejo se monta todos los años una fiesta que le corresponde organizar cada año a un pueblo diferente. Todos estos pueblos se encuentran perfectamente separados de cualquier otro gracias a los montes y valles que los albergan. En el pasado debía de esperarse esa fiesta con alegría.

Como se me está echando la noche encima, dejo para mañana acabar de remontar la carretera del Camero Viejo hasta San Andrés (donde confluye con el otro Camero por arriba) y me salto al camero nuevo por una carretera que atraviesa la barrera que divide a ambas subcomarcas y que no es, ni más ni menos, que la Sierra de Cameros.

Subo por Muro de Cameros cuya iglesia me llama la atención y, aunque es tarde, me acerco a verla. Paro la moto y doy una vuelta pero está cerrada. Y allí, solo, en mitad de un pueblo en mitad de la nada en mitad de una luz vespertina, después de un día largo y nublado, con la noche a punto de caer...la moto...no arranca...Insisto, insisto y la luz de punto muerto empieza a flojear indicándome que el arrancador eléctrico se está comiendo la batería. La echo a correr calle abajo...y no arranca... Todo el que se haya visto alguna vez con el rumbo extraviado sabrá cómo es la sensación de desazón interior irracional que le entra a uno hasta que finalmente encuentra el camino y se da cuenta de que su miedo era una tontería. Pero no es algo racional... Saco la llave, la vuelvo a meter y chico ¿por qué? no sé, pero la moto arranca. Me va a hacer buen católico, a mí, esta moto.

Ya se ha hecho de noche y la carretera se llena de curvas que se tragan la oscuridad y el cansancio de muchas horas seguidas sobre la moto. La luz tenue de Almarza donde huele a la leña que arde en las chimeneas y, por fin, a lo lejos y en lo bajo, veo con alivio la luz de un coche que me indica que la N-111 no se ha esfumado y que un bocadillo y media botella de vino que compro en Villanueva y que me como después de ducharme en la hospedería me estaban esperando. Ha sido un día largo pero precioso que no cambiaría por otro. No para hoy. Mañana será otro día :-)


Iglesia de Muro y Almarza



sábado, 2 de octubre de 2010

29/09 No hay nada Viejo bajo el sol

Lamento haberos tenido pendientes tantos días, pero es que no doy a basto y no siempre tengo internet cuando quiero.

Gustavo, de “La dama inquieta”, gran foro y portal de magia, me da el sabio consejo de incorporar un mapita de la zona con mi recorrido coloreado. L;o intento un buen rato pero, como soy incapaz de hacerlo con el tiempo justo tal como voy, os invito a buscar "Villanueva de Cameros", que es un pueblo que está más o menos en medio de la zona que estoy recorriendo, en el google maps e ir arrastrando en una ventanita abierta a la vez que esta para ir siguiendo el viaje conmigo. Así lo hacemos interactivo y más divertido ;-)


¡Nadie puede imaginarse lo divertido y especial que es todo esto! Hoy la magia me la ha hecho el viaje a mí a cada instante.

Me levanto a las 8:30 pero simplemente montando el blog de ayer y contestando temas urgentes me tiro hasta las 12:30 liado con el ordenador.

El caso es que consigo coger la moto a las 13:15. Hoy hace un día espléndido con un cielo azul raso digno del mejor espectáculo del mundo. Voy a Villoslada de Cameros, pueblo metido ya en la Sierra Cebollera, inimaginable vergel de bosque y monte. No sé bien por qué el paraíso suele imaginarse como una selva tropical, cuando es fácil saber, con haberlo sentido una vez, que es un bosque de pino negro, acebo, hayas, castaños, robles, encinas, chopos junto al rio y hierba verde en la que poder tumbarse en la alameda y en praderas grandes que se abren insospechadas en lo alto de un monte duro de subir y en cuya ascensión el olor a las transparentes hojas de madera de la corteza exterior de los pinos altos aúna, en una conexión difícil de explicar, espíritu, verde y esfuerzo.

Ea, el caso es que llego a Villoslada con la intención de enterarme de quién organiza la “sexta fiesta de la trashumancia”, que he leído en un cartel en Torrecilla que se celebra el sábado. Le pregunto a un forestal y me dice que son los agentes del Parque Sierra Cebollera pero antes de que pueda ir a verles me encuentro, mágica y providencialmente, sobre el puente que le sirve al pueblo para cruzar el Iregua con Luis, teniente de alcalde de Torrecilla: mi protector en la zona, vaya.

Me dice que el alcalde de Villoslada le tiene preguntado por mí varias veces así que, siguiendo su consejo, voy a verle a su tienda de ultramarinos. Por cierto, como ya he dicho, Luis y yo nos encontramos sobre el puente de Villoslada que él mismo me cuenta cómo reconstruyó. Palabra que antes de encontrarme con él era la primera foto que había tomado del pueblo, aunque lamento deciros que la foto, no el puente, no ha salido bien. El puente, en cambio, no parece reconstruido sino que hubiera aguantado firme el paso del tiempo desde antiguo. En uno de sus extremos tiene una rosa de los vientos con monedas de peseta en los puntos cardinales...pero en algunos huecos falta la moneda...Es sabido que quien traiga una moneda de peseta y la pegue en uno de los huecos vacíos puede pedir un deseo a sabiendas de que se le cumplirá en el plazo de un año ;-) Cada persona que arranca una de esas monedas, en cambio, ayudará, aun sin saberlo, al cumplimiento del deseo correspondiente. Es la leyenda constatada, año tras año, de Villoslada ;-) El que quiera algo de verdad, con venir aquí a poner una peseta en un hueco libre con pegamento, tiene bastante. Tenéis mi palabra expuesta en público a quien quiera comprobarlo.

Ea, el caso es que unos chavales me presentan al alcalde, D. José Julián, en su tienda. Vuelvo a hacer lo de la varita, que es lo propio para poder hablar al nivel del poder que da la vara de alcalde. Esta versión mía del efecto de Fantasio, los que me conocéis, sabéis que me gusta particularmente por el poder de flashazo que tiene. Según se lo hago, me dice tener ligeras sospechas de quién soy y eficaz y amablemente lo coordina todo para actuar en el casino de Villoslada el sábado 2 de octubre a las 20:30 de la tarde ¡así me gustan a mí los alcaldes!

Me invita a tomar una cerveza, pero como se me va echando la hora encima marcho primero a hablar con la gente del centro de interpretación de Sierra Cebollera.

Allí me atiende Jesús al que entro diciéndole buenos días y que he venido porque tengo algunas dudas sobre lo que es la trashumancia. El pobre hombre me atiende con todo cariño mientras yo le expongo, así, a puerta fria, mis existenciales inquietudes:


Como sé que sois muchos los magos que me seguís, os invito a experimentar este final de matrix con cualquier lap que os agenciéis, sobre todo si lo hacéis con papelillos. Visto de frente y con una mínima missdirection adecuada, como puede ser mirar a la cara a tus espectadores, por increíble que os parezca, ni se nota. Así le pasa a Jesús, que se rasca la cabeza durante un rato.

Es un lujo impagable el poder ver la cara de la gente y leer en ellos el desconcierto, dudando por unos segundos de la realidad que creían conocer antes de decir...hola, Jesús, mi nombre es Txema Gicó y soy mago. No se puede describir la sensación que da ejecutar el poder de hacer entrar a la gente, en un instante y siempre que se quiera, en un estado de mente abierta sin presuposiciones físicas. Es algo así como felicidad un pelín ufana, por más que esté orientada a servir a los demás. Superman vuela para salvar a gente pero, aparte de todo, que no diga que poder volar y sentir cómo mola no le chifla.

Le pregunto por la fiesta de la trashumancia y me cuenta de forma atenta y excelente (se nota que ha estado preparando el día con mimo) que será el sábado llegando a la Venta de Piqueras donde se contarán cuentos, se bailará y se comerá...Pues bien está saberlo :-)

Me quedo a comer en Villoslada, en el restaurante La Corona: me traen un puchero de pochas para que me sirva las que quiera, una fuente de conejo guisado con pimientos para que coja tantas tajadas como guste y una tarta de queso con frambuesa. Agua, una copa de Rioja con la botella a mi disposición, 12 €.

Olla de pochas

Gracias al alcalde de Villoslada descubro uno de los mejores rincones del viaje que me hubiera pasado desapercibido. Me recomienda que vaya a la ermita de la Virgen de Lomos de Orio.

Son 9 kilómetros de carretera lo que separa el pueblo de la ermita. Primero junto al rio (veo las primeras “huellas de dinosaurio”, tan famosas en La Rioja) y luego subiendo un monte en el que tres clases de pinos se mezclan con abedules, robles, encinas, acebos, tejos, hayas...por doquier en bosque cerrado. El sol del otoño lo dora todo hasta que el valle decide abrirse a las cumbres enormes que llenan por completo la vista como cuando uno se mete un taquito de salmón ahumado o una gominola carnosa en la boca y la llena durante unos instantes por completo. O como llevarse un clavel a la nariz y la boca y olerlo abrazándolo con la cara entera, o como...
Subida al nacimiento del Iregua y ermita de la Virgen de Orios en lo alto
Algo curioso de estar haciendo un viaje es que no sólo viajan tus ojos y tus sentidos, sino que tu percepción viaja contigo y se pone en modo “de viaje” y, según van avanzando los kilómetros, se va haciendo más permeable y entrando en un trance más profundo en el que la sensibilidad se va haciendo cada vez más fina y la experiencia mucho más rica. Y es posible conseguir sensaciones extremas que quizás parezca impensable alcanzar de ordinario...y es posible subir un monte llorando...no exactamente de alegría...más bien de belleza, conmovido por lo extraordinario que se le regala a todo aquel que quiere llenarse de ello.

Queda demostrado científicamente que la carretera que une Villoslada de Cameros con la Ermita de la Virgen de Lomos de Orio es la más bella de la Tierra. Y, al final...la ermita. Un edificio grande con la casa del santero junto a ella. Y aun otro clímax más: alrededor de la ermita hay esculturas, escondidas por el bosque...un cazador que gira con una placa solar oteando las aves, un pato de madera que vuela solo gracias a una escalera, un San Lorenzo esculpido con material de hacer parrillas, pájaros revoloteando dentro de la casa...En la ermita hay un libro de firmas en el que la gente le pide cosas a la Virgen: firmo poniéndome humildemente a Su disposición y la de quien pueda necesitarLa para lo que pueda ofrecérsele. Pero aun he de subir otro día y ver si logro encontrar al santero y dejar escrita una pequeña leyenda...


Esculturas del bosque de Orio: "Pato Recilla", "San Lorenzo o el hombre preso de sí mismo" (los títulos se los pongo yo) y un cazador muy serio que si lo miras de cerca no puedes evitar que te dé una risa bastante floja

Camino un poco hacia unas cascadas que hace el Iregua cerca de su nacimiento. Las posibilidades de pasar aquí meses haciendo rutas y marchas son una gran tentación que invita con fuerza a quedarse desde ya y no volver.
Alto Iregua

Al bajar, me paro a beber del Iregua y paso por un refugio con una bonita chimenea al lado del cual hay unos contenedores en los que alguien ha pintado un cartel: “Usar el contenedor es gratis ;-) (guiño incluido)” Qué bonitas son las veces en las que uno se da cuenta de que ha sido capaz de decir las cosas con cariño.

Desde allí cojo la carretera hacia Montenegro de Cameros, único pueblo de la comarca que está en la provincia de Soria, tras pasar un puerto sin cartel. Este pueblo con nombre de libro trágico aparece por arte de magia. Según se pasa el puerto, inesperada y súbitamente, el verde monte de antes se transforma en una hoya de montes de pizarra absolutamente pelados de vegetación. El paisaje, lleno de una preciosa belleza extraña, parece lunar, como un pequeño mundo en el que uno entrara de repente por una puerta secreta. Se puede sentir hasta miedo y venir aquí a escribir cuentos y pasiones extrañas. Cojo tres trozos de pizarra planos del monte y me los llevo.
Iglesia de Montenegro de Cameros y sus montes de pizarra
Después de pasar el puerto de Montenegro, la carretera baja serpenteando a la carrera hacia Viniegra de Arriba. Voy tocando la bocina antes de cada curva como aprendí a base de vérselo hacer a mi padre, con un pie asomando por los barrancos. Paso así Viniegra de Arriba, un pueblo encajado en el monte en el que me llama la atención la “Playa de la Sociedad” a una orilla del rio y Viniegra de Abajo, un pequeño respiro por el que entra el sol entre tanto barranco. La carretera se hace larga y llego cansado a Brieva de Cameros.
Carretera de las Viniegras

Me llama la atención que un pueblo tan pequeño tenga casas tan altas (la mayoría de 3 pisos y varias de 5), algunas señoriales. En la puerta del bar me encuentro esperando a Luisa, una señora dulce cuyo acento no encaja muy bien con la zona y que llama a la que regenta el local para que venga a abrirnos. Luisa me enseña unas tejas que están decorando las mujeres del pueblo haciéndolas parecer puertas de casas. Les tomo unas fotos para enseñárselas a mi abuela, que también hace labores en barro sabiendo hacer importantes los detalles.
Brieva de Cameros

Hay cosas que en mi familia sólo puedo hablar con mi abuela. Se trata de matices que sé que sólo ella va a entender. Seguro que a vosotros muchas veces también os pasa que hay conversaciones en las que sólo os molestáis en profundizar con gente que sabéis que accederá a la misma realidad que vosotros vivís. No se trata de estar de acuerdo o no, sino de conectar, llegando a ese mundo, como la banda de la película “Origen” cuyos miembros se conectan todos a un mismo sueño. Mi abuela es una mujer que sabe comprender las intenciones minuciosas y el cariño que una persona ha puesto en hacer algo y que sólo pueden verse, aunque el autor no esté delante, con una observación muy atenta de la obra. Es capaz de ver lo que ha hecho y sentido esa persona para que la obra quede tal cual está y tiene el don de llenarse de admiración por cualquier cosa que hagan los demás. Otra cosa es que te alabe a ti cuando estás delante.
Doña Luisa


El caso es que le pido a Luisa una de las herramientas con las que hace las tejas y le explico que es mágica...Dedicado de nuevo a los magos seguidores de este blog, aunque para lograr la sorpresa de Luisa no puedo grabarlo cuando se lo hago, os reproduzco este raro e ingenioso movimiento que yo cogí de Gary Darwin, quien a su vez contaba que lo encontró en un libro perdido en su biblioteca de más de 1.500 volúmenes mágicos y que constituye el vanish total más sencillo, impromptu y bien estructurado, lleno de teoría de la magia, que conozco. Mi versión de este movimiento (que no es la que véis aquí) la podréis encontrar explicada en mi próximo libro ,“Curso de Magia para Ligar”, que actualmente estamos acabando ;-)



Siguiendo con la magia, Enrique, un chico joven que se va a ir a Barcelona a opositar y que saldrá adelante en salud y mente gracias a su determinación por hacerlo, me ofrece un cigarro y le explico las cosas tan raras que me ocurren a mí con los cigarros...

Por último saco las pizarras que he cogido en Montenegro y les cuento sus propiedades adivinatorias. Esta es mi particular versión del one ahead system en la que Luisa escoge una carta pero, aunque en el vídeo no se la entiende bien, dice otra distinta de palabra, que es la que finalmente aparece escrita. Para realizar el juego tal cual hace falta algo de observación y sugestiones indirectas. Para el próximo capítulo de este viaje por España, que será en primavera, hemos de hacer los vídeos de otra forma, palabra.



Enrique me cuenta que las casas son tan altas en el pueblo porque no les queda más remedio. Y es que Brieva de Cameros que, dicho sea de paso, no pertenece a la comarca de Cameros, sino a la del Alto Najerilla y las Siete Villas pero que cogió ese nombre para distinguirse de otras Brievas que andan por ahí sueltas, es un pueblo que sube trepando el valle del Brieva. De la mano de Enrique aprendo cuál es el proceso para hacer la miel que en ese momento están elaborando en el pueblo.

La LR-232, una carretera absolutamente desierta me separa del Valle del Camero Nuevo para llegar a “casa”. Es hermoso, muy hermoso, recorrerla absolutamente solo sin encontrar un alma y, al pasar el Puerto de Peña Hincada, volver repentinamente a los altos pinos madereros que perfuman toda la zona.


La solitaria y misteriosa LR-232

Mientras bajo de nuevo al valle que la moto ya sabe andar sola, recapitulo el día de hoy para que no se me olvide contároslo y pienso que, justo en contra de lo que suele decirse y tal como supo ver el genial Milton Erickson, “No hay nada viejo bajo el sol”. Y todo, al igual que los valles y los montes que llevan siglos alli solos, esperando para existir a que llegues tú a sentirlos exactamente como sólo tú podrías sentirlos, está por recibir una mirada nueva, una mirada llena de ilusión que nunca antes se le haya dado. Al igual que sucede con la base de la mayoría de los juegos de magia, recibiendo el mismo paquete de información por los ojos, se pueden ver cosas muy distintas. Pienso en cómo basta con concebir una realidad diferente dentro de ti para que esta se cree automáticamente y cómo un hombre nacido en la más absoluta miseria puede crear una gran fortuna o morir desdichado maldiciendo sus circunstancias; cómo siempre, siempre se puede escoger entre vivir triste o lleno de sensaciones explosivas de una felicidad infinita y lanzarse al mundo a hacer felices a otros hombres o incluso ir y descubrir América...por más que haya gente que pueda empeñarse en que América siempre estuvo allí. Y es una suerte saber, aunque aun no sepas que lo sabes, que TODO está por inventar ;-)

El caldo, el salteado de alcachofas con chorizo y las croquetas de jamón con bonito que me sirve Sheila en “La Terraza” en Torrecilla sirven de calor de hogar frente a la noche que, tras muchas horas sentado en la moto se me ha echado ya encima hace rato.