martes, 5 de octubre de 2010

30/09 Tesoros escondidos

En Torrecilla en Cameros, Sergio, el alcalde, gracias a la mediación de Luis (del que ya todos me habéis oído hablar varias veces) ha dispuesto que actúe el viernes, o sea, mañana, en el nuevo museo que acaban de inaugurar y han empapelado el pueblo de carteles con mi nombre.

Es curioso toda la información que se puede recabar sólo con sentarse a escuchar. Eso lo saben bien los que están detrás de una barra. Mientras estoy desayunando entra en el bar "La Terraza" la chica del ayuntamiento que pega el cartel de mi actuación y la gente empieza a comentar: Creo que el otro día en el Rasillo les dejó a todos con la boca abierta, vamos, que no se lo creían...Exageran las proezas que hice. Es lo bueno de la magia, que luego crece. Porque lo importante no es hacer juegos, sino crear emociones. Sheila dice: igual ha pasado por aquí y no le hemos visto...Me encanta. Si tenéis ocasión, haced un viaje como este y vivid exactamente este momento :-) Claro, no me aguanto y me levanto con un boli, y cambio la "ch" que me han puesto en el cartel por "tx" sin decir una palabra. Creando expectación :-) Le hago unos juegos a la parroquia que los recibe con entusiasmo y me voy, ay, la verdad es que muy contento :-)

En Torrecilla en Cameros empieza a acabarse el monte. Si uno viene desde Logroño entonces le invade la alegría al enfilar la última recta que conduce hasta el pueblo y ver la hremosa postal que conmpone la silueta de la torre puntiaguda de la iglesia recortarse sobre los montes amplios y verdes...Pero si uno va hacia Logroño, comprende enseguida que el monte empieza a acabarse justo en Torrecilla. Y es que a partir del manantial de Peñaclara los montes se derrumban como lo hace la arena de la playa cuando uno pega un brinco sobre una duna: queda un barranco por el que la arena se va arrastrando hasta que el barranco comienza a autodesplomarse sobre sí mismo. Enseguida váis a ver fotos de lo que quiero decir.

Llego rápido a Castañares de las Cuevas, pedanía que pertenece a Viguera y en la que hay varios tesoros escondidos por entre las cuevas. Es fácil adivinar qué dos cosas abundan en este pueblo y de lo segundo aun más que de lo primero. Lo primero que voy a ver es la ermita de San Esteban. Sólo un pequeño cartel descolorido indica un sendero a un lado de la carretera, entre dos casas, y hay que ir muy despacio para no pasárselo. Aparco la moto y empiezo a subir el sendero que enseguida empieza a desaparecer a trocitos mientras escala una pared empinada sobre la que unas rocas amenazan con caerle encima al que las mire de frente.

Subida a la ermita de San Esteban

Pero el difícil acceso no es por casualidad: es para custodiar el milagro. No creo que pueda existir ermita más bonita en el mundo (al menos por hoy) que la de San Esteban en Castañares de las Cuevas. Es la ermita de unos cristianos románicos que vivían en un reino que se enriscaba para refugiarse en las oquedades de los montes. Es fácil imaginarse cómo sería vivir aislado allí arriba, sintiendo la protección de la cueva y de esos montes frente al mundo exterior. Hay a quien al verla podría recordarle a la casa de Luke Skywalker en el desierto o al planeta de los simios. Hay quien podría decir que parece construida por niños...y es que nuestros abuelos del primer medievo no eran sino niños llenos de la fantasía a la que les obligaba el refugio de sus altos montes, creando reinos e imperios, rancios abolengos que clavaran sus raíces en el origen de las piedras, dragones, árabes, monjes, guerreros y caminos hacia el oeste.
  
Ermita de San Esteban, entre las cuevas

Vale la pena pasar un rato solo allá arriba y meterse por entre las cuevas que alguna vez fueron pobladas de cuentos. Desde allí hay una bonita vista de cerros cayendo hacia el rio y barrancos perdiéndose en sí mismos. Cojo mi péndulo para ayudarme a centrar la fecha que el lugar me dicta y, en la desvencijada puerta de la ermita escribo: "Algo mágico ocurrirá en este lugar el 15-04-2.011".

Me asomo por uno de los ventanucos para intentar ver alguno de los frescos del interior...Pueden verse aquí: http://adigital.pntic.mec.es/~viguera/ermita.htm o allí, claro.

El caso es que al bajar el camino me encuentro con la señora Carmen, aunque prefiere que la llamen Paula, como su madre, que me dice que por qué no le he pedido las llaves de la ermita. Bien, Txemita, bien. Resulta que justo al otro lado de la carretera está la "Venta la Paula" con una placa bien grande que indica que dentro vive la guardiana de las llaves de la ermita...En fin, lo bueno, le digo a Carmen-Paula, es que así no tendré más remedio que volver...Le pregunto por qué lleva un imperdible en su rebeca...me cuentan, entre ella y su hijo, que imperdible y rebeca eran de "Paula" y que por eso les tiene tanto cariño a ambos y los lleva siempre encima. Le pido que me deje ver bien el imperdible. Accede desabrochándolo con mimo. Yo le cuento que, cuando voy al monte, siempre llevo uno en el macuto por pura lógica: si el imperdible es imperdible y yo voy con él, no puedo perderme. Cojo uno de los míos y lo engancho con el suyo, con el imperdible que era de su madre, de Paula, y le cuento que es mágico: le dejo examinar bien los dos imperdibles enganchados, contamos tres y...chas, se traspasan sin abrirse ni romperse...como unos aros chinos pero en imperdible...lo cual, además de provocar una pequeña imposibilidad topológica, provoca también que a Carmen-Paula se le escape un "ay, joderse" desde dentro.




Les pregunto por el castillo que he leído que vive escondido entre las rocas al fondo de un barranco. Me cuentan que ese castillo está dentro de un monte que es propiedad privada...pero rápidamente llaman a Joaquín, el dueño de los terrenos y me recomiendan para que me abra la puerta de su casa. Carmen-Paula me regala dos nectarinas recién cogidas de su huerto por su marido y ventera e hijo me desean mucha suerte en mi camino con mucho entusiasmo y me piden que cuando sea famoso vuelva a actuar por allí: qué fácil es alegrar a alguien como a mí me alegran Carmen y su hijo...Es por eso que cuando, Rodolfo, de "El Correo" me pide una foto para la reseña de la noticia en su diario no dudo en enviarle la que me hice con Carmen.

Hoy martes 5 de octubre, que es cuando estoy escribiendo sobre el jueves pasado es cuando me entero de que ayer se publicó la noticia en "El Correo". En papel impreso, si no vivís por País Vasco, Navarra, La Rioja o Miranda de Ebro os va a ser un poco difícil de conseguir, pero aquí está en la edición cibernética:


Bueno, que voy a ver a Joaquín, que me abre la puerta de su finca y me explica cómo llegar hasta lo que queda del castillo que fue, según me dice, en otros tiempos, palacio del obispo de Calahorra. A pesar de que me indica bien, no soy capaz de encontrar la sendilla que sale de un depósito de agua y lleva al castillo y de repente me encuentro envuelto en zarzas...pero como el castillo se ve al fondo pues nada, en línea recta.

Este castillo en ruinas está excavado en la piedra y aprovecha las cuevas que en ella existen. Debió de ser precioso estar dentro de él cuando estaba habitado. Hoy Joaquín aun le da uso como cuadra para dos buenos caballos que tiene y que me saludan por sorpresa al entrar. La verdad es que parece inexplicable que algo así no esté conservado y expuesto al público, por más que Joaquín se lo tenga ofrecido gratis al gobierno de La Rioja pero por otro lado es una suerte que exista como un pequeño misterio escondido, como un regalo para el que lo descubre y llega hasta él.

 
Castillo de las rocas o Cueva de los Moros en Castañares de las Cuevas

Sigo mi camino hacia Viguera mientras contemplo admirado varios cerros de piedra que se yerguen como reyes sobre el paisaje que ya quiere hacerse huerta. Al pasar un túnel excavado en la roca me encuentro...anda...¡¡con una placa de Rotary! Es verdad eso de la activación reticular pero de veras que parece cosa de magia encontrarse aquí una placa...Para que me entendáis he de decir que yo soy Rotaract, rama joven de Rotary International y para el que siga sin entenderme aquí está http://www.rotaryspain.org/ (o si alguno tiene curiosidad verdadera, la página de mi club http://www.rotaractmadridserrano.com/ )

La placa ensalza el reino de Viguera: un reino como tantos otros que han poblado España. Y estando dentro de este valle se entiende cómo España no es sino todos esos reinos, señoríos, fueros e individualidades que a base de erguirse hacia el cielo y sentir la grandeza que hay en los hombres, probablemente ayudados por sus paisajes, no han tenido más remedio que explotar y hacerse grandes, echarse a conquistar las extremaduras y reventar en forma de España. A mí me gusta recordar a menudo cómo los vascos no son sino los padres de Castilla frente a León. Por eso, aunque de vasco tengo sólo un tatarabuelo de Vitoria, que es como el que tiene un tio en Alcalá, me gusta sentirme castellano y castizo y me gusta firmar como Txema. Pero eso es otro viaje...


 
Reino de Viguera

Paso Viguera y Nalda, donde los montes se abren ya al llano y, de repente, una extensión tan grande como el horizonte se transforma en huerta y viñedos. Todo lo que se ve es La Rioja, delimitada solo por los montes de Álava que se ven claros y cerquita, muy cerquita.

Las uvas, tintas en su mayoría, están aun en las vides cargadas a rebosar. No puedo por menos de robar un par de granos para probarlas y completar las nectarinas de Carmen-Paula que, la verdad es que, a las 15:30 de la tarde y sin comer me vienen que ni pintadas.

Enfilo hacia Clavijo, la Covadonga de esta parte del mundo y entiendo bien la leyenda al contemplar el cerro alzarse sobre el enorme llano y encima, el castillo con la Cruz de Santiago enarbolada. Y fue un rey de Asturias que el que le concedió a Sancho Ramírez de Tejada el Señorío del Solar de Tejada que obtuvo el privilegio de convertirse en guardián del Camino de Santiago y el único que, por tratarse de la conmemoración de la gloria de los ejércitos españoles, sobrevivió y aun sobrevive aun después de la abolición de todos los señoríos en las cortes de Cádiz. Señorío distinto de el de Cameros, su sede, su centro, su historia son fraguadas en Laguna de Cameros, en el Camero Viejo hacia donde ahora nos dirigimos. No deja de sorprenderme cómo naciones e historias llenas de historias en cada rincón de España hay por lo menos dos o tres. Es imposible no amar esta extraña patria.
Castillo de Clavijo, sobre la batalla

Resulta que en Clavijo no hay nada abierto para comer. Paso Albelda, Alberite y Ribafrecha para llegar a Leza del Rio Leza y pisar así a la desembocadura del valle que el mismo rio ha convertido en el Camero Viejo. Pero en Leza hay dos canteras de yeso que empolvan toda la carretera de blanco y una casa en la que todo está pintado con los colores de La Rioja (ruedas, ventanas, la puerta del garaje con unos pimientos secando encima)...pero tampoco hay bar ni nada donde conseguir un bocadillo.

A las 17:15 llego por fin a Soto en Cameros, un pueblo que no puedo ni mirar del hambre que tengo. Entro en el hogar del jubilado, que es lo único que veo abierto y allí, por fin, Enrique me atiende amablemente y, a pesar de la hora que es, me hace un plato combinado..."¿de qué, por ejemplo?" "Combíname todo lo que tengas, si eres tan amable", le digo.

Ay, qué gusto: dos huevos fritos, tres tajadas de panceta, dos filetes de lomo, 4 ó 5 pimientos rojos con gracia, patatas fritas y dos chorizos. Agua, vino, coca-cola, un helado, un café...esto ya es otra cosa. Palabra que el día gris y frio se abre dejando pasar a un sol amable que se refleja en el jardín junto al Leza del hogar del jubilado.

Le compro tabaco a Enrique para preparar algunos juegos y le cuento lo primero que se me viene a la cabeza...Para grabar el vídeo hacemos algo muy complicado de tal forma que logramos con gran eficacia que no se vea una caca de lo que le hago, pero como vosotros sóis gente de buena fe, os lo creéis igual :-S





El Camero Viejo, sobre el valle del Leza es un misterio que dan ganas de explorar.La garganta que el rio ha ido excavando estrato a estrato sólo deja ver la siguiente curva; y de ahí la siguiente; y la siguiente...A todos nos intriga saber dónde llevará un camino. Yo recuerdo que de pequeño siempre solía imaginarme por los parajes por los que continuarían los caminos que aparecían en los dibujos de las cajas de Lego cuando pasaran esa colina tan verde...y en general es un vicio que tengo el de querer andar todos los caminos que no sé a dónde conducen. Como decía Martín Hache: "siempre hay que seguir, aunque sólo sea por curiosidad". Y es agradable darse cuenta de cómo uno sabe que la curiosidad es una fuerza viva e ilusionante que se puede despertar a placer y que, cuanto más se la trabaja, más mariposas en el estómago le siembra a uno. Y es agradable saber cómo se puede sentir tanta alegría a todas horas, en todos los momentos. Joé, es que es una maravilla esto de vivir y ser consciente de sentir cosas. Por el mismo precio, con vivir las cosas, cualquier cosa, todas las cosas, con intensidad, se vive una vida cien veces más plena y se sienten cosas que le hacen a uno sentir lo increíble, increíble, o sea, que no puede ni creerse, que es estar vivo.

Por una carretera que tiene más curvas que kilómetros voy pasando Jalón de Cameros, Terroba...Me paro para buscar un yacimiento de huellas de dinosaurio que se supone que está detrás del cementerio, pero yo no veo nada. Pregunto a unos albañiles y me dicen que tampoco saben, pero que donde sí que puedo ver muchas es en la carretera de Hornillos de Cameros, junto a una estatua de un dinosaurio muy grande. Qué bien, pues allá vamos.

Se suponía que hoy por la noche iba a actuar en el bar La Garlopa, en El Rasillo, pero me llama el dueño para decirme que el hermano de Kiko ha tenido que ser ingresado en el hospital en Logroño, así que lo vamos a dejar para otro día...El sábado voy a tener que dividir el post en dos, porque me tiré actuando sin pausa desde las 20:30 a las 4:30 del domingo...Es lo malo de escribir desde el futuro, que estoy con el jueves y yo quiero contaros ya el viernes y el sábado...

Me quedo con ganas de ir a Luezas, el pueblo del mago Alcalá, que me escribe en "La dama inquieta", pero están haciendo obras y la carretera se ha transformado en una pista de gravilla impracticable para mi moto.

En los Cameros si algo hay son valles y carreteras. Carreteras pequeñas y pueblos pequeños que hacen que sea una comarca infinita. La carretera que sube a Hornillos es una más de otras tantas carreteras desiertas que remontan montes nuevos y viejos a la vez, que se separan del valle para formar uno nuevo y, así, como que no quiere la cosa, en mitad de la nada, acaban con un dinosaurio que se ha escapado de un parque temático. La sorpresa nunca termina en el viaje.

Piedra llena de huellas de dinosaurio y dinosaurio despistado en la carretera de subida a Hornillos

Este dinosaurio vigila un yacimiento de huellas que hicieron sus parientes. El yacimiento "La Pellejera" es una plancha muy grande de piedra en la ladera de un monte y que está llena de hendiduras pintadas con tiza. Se supone que esas hendiduras son huellas de dinosaurios y que están hasta las de uno "nunca visto" en otra parte que viene a ser tachado de icnopoyético (el que crea huellas) y que andaba con los talones apoyados, cosa rara en los dinosaurios que eran de andares saltarines (también es verdad que por aquel entonces la Tierra estaba más caliente, pero se conoce que como este era riojano andaba con el pie entero y sin boina).

Llama la atención, desde luego, que a raíz de los yacimientos de Enciso, todos los dinosaurios vinieran a poner sus patas por esta parte del Mundo por bonita que sea y por más que fueran todos muy seguidores de mi blog...Será verdad, de todas formas. Pero importa poco que sea mentira. Lo importante es que uno puede tener la sensación, al meter su mano en esas huellas de dinosaurio, que allí estuvo plantado un bicho jurásico cuando la Tierra no era aun ni lo que es y soñar cómo sería todo aquello y sentir la cantidad de cosas que se han podido vivir y sentir en este suelo que uno pisa...Es como la magia: yo siempre digo que los efectos quizás sean mentira, pero las sensaciones...esas son reales.


Una huella "icnopoiética", como puede verse, y el pueblo de Hornillos en lo alto

Bajo de nuevo a la carretera que remonta el Leza y voy pasando por Jalón, Cabezón de Cameros (sí, papá: Cabezón de la Sal, cinco minutos...). Hay retahílas que los padres, por el mero hecho de ser padres, sueltan de forma automática, vengan a cuento o no. Mi padre, cada vez que alguien dice la palabra cabezón, dice, textualmente, venga a cuento (lo cual, bien pensado, no creo que haya pasado nunca) o no: "Cabezón de la Sal, cinco minutos, no para más porque son muy brutos" y se queda tan pancho, como si hubiera dicho una verdad universal. Oye, pero para eso es padre.

Llego por fin a Laguna de Cameros, donde me cuentan que otra vez sí que hubo de verdad allí una laguna. Este pueblo, sede del Solar de Tejada, es un pueblo hidalgo gracias a estar tan escondido en la montaña.
Me llama la atención una fuente que es la escultura de uno que fue alcalde del pueblo y que mana agua de sus manos, como dando de beber de sí al pueblo. El pueblo mezcla la piedra con la madera y el blanco, los escudos y los geranios como buen pueblo de cuna de abolengos que es.

Laguna de Cameros

En el Camero Viejo se monta todos los años una fiesta que le corresponde organizar cada año a un pueblo diferente. Todos estos pueblos se encuentran perfectamente separados de cualquier otro gracias a los montes y valles que los albergan. En el pasado debía de esperarse esa fiesta con alegría.

Como se me está echando la noche encima, dejo para mañana acabar de remontar la carretera del Camero Viejo hasta San Andrés (donde confluye con el otro Camero por arriba) y me salto al camero nuevo por una carretera que atraviesa la barrera que divide a ambas subcomarcas y que no es, ni más ni menos, que la Sierra de Cameros.

Subo por Muro de Cameros cuya iglesia me llama la atención y, aunque es tarde, me acerco a verla. Paro la moto y doy una vuelta pero está cerrada. Y allí, solo, en mitad de un pueblo en mitad de la nada en mitad de una luz vespertina, después de un día largo y nublado, con la noche a punto de caer...la moto...no arranca...Insisto, insisto y la luz de punto muerto empieza a flojear indicándome que el arrancador eléctrico se está comiendo la batería. La echo a correr calle abajo...y no arranca... Todo el que se haya visto alguna vez con el rumbo extraviado sabrá cómo es la sensación de desazón interior irracional que le entra a uno hasta que finalmente encuentra el camino y se da cuenta de que su miedo era una tontería. Pero no es algo racional... Saco la llave, la vuelvo a meter y chico ¿por qué? no sé, pero la moto arranca. Me va a hacer buen católico, a mí, esta moto.

Ya se ha hecho de noche y la carretera se llena de curvas que se tragan la oscuridad y el cansancio de muchas horas seguidas sobre la moto. La luz tenue de Almarza donde huele a la leña que arde en las chimeneas y, por fin, a lo lejos y en lo bajo, veo con alivio la luz de un coche que me indica que la N-111 no se ha esfumado y que un bocadillo y media botella de vino que compro en Villanueva y que me como después de ducharme en la hospedería me estaban esperando. Ha sido un día largo pero precioso que no cambiaría por otro. No para hoy. Mañana será otro día :-)


Iglesia de Muro y Almarza



1 comentario:

  1. Chema el argentino te van a llamar.
    Cuenta un poco mas de la logística ¿que llevas, como manejas los gastos, te invitan, pagas por dormir en las hospederías,llevas una tienda de campaña, que tal va la moto, llevas repuestos por si acaso?. Ya tienes tema Txema
    Gustavo Otero Damero inquieto.

    ResponderEliminar